viernes, 3 de febrero de 2012

Yo sí.

No puedo explicar nada de ésto, honestamente.
Ni siquiera sé cómo es que te llegué a querer tanto. Ni siquiera sé cómo es que te sigo queriendo.

Me siento estúpida al sentir esto, porque ha pasado ya casi un año y no es posible que te siga pensando.
Todos me dicen que no vale la pena, que no tiene caso querer a alguien que no me quiere de la misma manera... pero una vez me quisiste y eso para mi, valió la pena.

¿Te acuerdas de los días que pasabas en mi casa, de los días en los que te despertaba con un beso, de los días en que te dejaba durmiendo e iba a buscar las cosas para hacerte de desayunar?
¿Recuerdas esos días en los que ayudé a pintar tu casa, los días en los que despertábamos sin pensar qué día era o qué iba a pasar, en los que simplemente tu brazo rodeaba mi cuerpo y mi cabeza se recargaba en tu hombro?
¿Recuerdas esos días en los que estabamos lejos y nos dábamos un buenos días a pesar de la distancia?
¿Recuerdas esos días en los que nos extrañabamos tanto que los te quiero no eran suficientes?
¿Recuerdas esos días en los que me decías que querías estar conmigo siempre?
¿Lo recuerdas?

Dime que lo haces.


Porque yo sí lo hago.

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