martes, 21 de febrero de 2012

Probablemente.

Quisiera regresar el tiempo.

Probablemente a cuando renuncié a mi trabajo. Probablemente a cuando quise uno mejor y me quedé sin nada.

Probablemente a cuando decidí mudarme por tercer ocasión, y decidí no quedarme en casa, cerca de la familia, en una casa para mi sola.

Probablemente a cuando decidí seguir con mi vida y no formar una nueva con alguien. Una familia.

Probablemente a cuando me enamoré de alguien que jamás se enamoraría de mi.

Probablemente a cuando decidí cerrar un ciclo en mi estado. Probablemente a cuando decidí dejar la carrera e iniciar una nueva vida. Huir y dejar todo atrás.

Probablemente a cuando decidí rentar una casa de dos pisos para mi solita a las afueras de Veracruz. Probablemente a cuando decidí volver a intentarlo con Alberto. Probablemente a cuando mandé todo a la mierda. Probablemente a cuando alejé a la única persona que me entendía y me valoraba por lo que era.

Probablemente a cuando dejé que me golpearan, que me azotaran contra la pared, que me encerraran y no me dejaran ir. Probablemente a cuando no podría dejarlo. Probablemente a cuando lo conocí.

Probablemente a cuando la cagamos Alberto y yo.

Probablemente a cuando me encontraron desangrándome en mi cuarto y me detuvieron.

Probablemente a cuando tuve mi primer novio, al que tanto quise, al primero que quise. Probablemente a cuando en una drogadera besé a Alberto y todo se fue al carajo. Probablemente a cuando antes de besar a Alberto había hablado con mi novio para darnos un tiempo. Probablemente a cuando volví a fumar. Probablemente a cuando su mamá comenzó a no quererme. Probablemente a cuando nadie de sus amigos me quería. Probablemente a cuando era feliz.

Probablemente a cuando decidí irme de casa con el dinero que me dió papá de vacaciones. Probablemente a cuando mi hermanita al verme hacer maletas me dijo "Tú no vas a regresar, Tita". Probablemente a cuando lloré como nunca al abrazarla por última vez. Probablemente a cuando mi papá comenzó a odiarme. Probablemente a cuando mi madrastra me corrió de casa. Probablemente a cuando mi papá la defendía.

Probablemente a cuando ya no quería saber nada. Probablemente a cuando me encontraron en el baño desmayada desangrándome. Probablemente a cuando toda mi escuela se dió cuenta y me sacaron cargando. Probablemente a cuando desperté y note que si, había despertado.

Probablemente a cuando la pesadilla comenzó.

lunes, 20 de febrero de 2012

Estoy más emo que Grey en la segunda temporada.

Por más que lo intento, ya no logro ser una de esas personas que aceptan su realidad y son felices así.
Soy feliz por muchas cosas; soy feliz cuando mis amigos son felices, soy feliz cuando mi perro me despierta a lenguetazos, soy feliz cuando me despiertan con un bonito mensaje, soy feliz cuando me dan un abrazo, soy feliz cuando mi trabajo sale bien, soy feliz cuando lo amerita.
Pero cuando eso se pasa, se va.

Me he vuelto una persona que no puede estar feliz todo el tiempo, una persona inestable emocionalmente. ¿Por qué? Eso quisiera yo saber.
Sé -y entiendo- que no necesito alguien para ser feliz. Y lo aplico.
No lo necesito.
Pero hay veces en las que veo a las demás personas siendo felices y me veo al espejo y me pregunto qué es lo que yo tengo mal.
Quizá eso es lo malo en mi, que me lo pregunto.
Quizá lo malo es que no soy conformista. No voy a estar con alguien que me quiere por el simple hecho de tener a alguien a mi lado. Quiero alguien que me haga sentir lo que en verdad soy. Alguien que me haga querer hacerlo sentir lo mismo, o más.
Quizá eso es lo malo en mi, siempre quiero dar más de lo que en verdad puedo dar.
Quizá eso es lo malo en mi, no sé ni qué es lo que puedo dar.
O si tengo algo que dar.

Río, como si hoy fuera a ser el último día que tengo de vida, porque así me gusta vivir. Aunque en el fondo esté llorando, sufriendo y desgarrándome, me río.

Ya no puedo. Ya no quiero reír si no soy feliz. Ya no quiero fingir ser feliz si no lo soy. Ya no quiero no ser feliz.
Me he vuelto la persona que tanto temía.
Ya no soy feliz y eso es a lo que más le temo.

¿Se acuerdan cuándo fue la última vez que fueron felices?

Porque yo ya no.


P.D.
Yo te entiendo completamente, Grey.

viernes, 3 de febrero de 2012

Yo sí.

No puedo explicar nada de ésto, honestamente.
Ni siquiera sé cómo es que te llegué a querer tanto. Ni siquiera sé cómo es que te sigo queriendo.

Me siento estúpida al sentir esto, porque ha pasado ya casi un año y no es posible que te siga pensando.
Todos me dicen que no vale la pena, que no tiene caso querer a alguien que no me quiere de la misma manera... pero una vez me quisiste y eso para mi, valió la pena.

¿Te acuerdas de los días que pasabas en mi casa, de los días en los que te despertaba con un beso, de los días en que te dejaba durmiendo e iba a buscar las cosas para hacerte de desayunar?
¿Recuerdas esos días en los que ayudé a pintar tu casa, los días en los que despertábamos sin pensar qué día era o qué iba a pasar, en los que simplemente tu brazo rodeaba mi cuerpo y mi cabeza se recargaba en tu hombro?
¿Recuerdas esos días en los que estabamos lejos y nos dábamos un buenos días a pesar de la distancia?
¿Recuerdas esos días en los que nos extrañabamos tanto que los te quiero no eran suficientes?
¿Recuerdas esos días en los que me decías que querías estar conmigo siempre?
¿Lo recuerdas?

Dime que lo haces.


Porque yo sí lo hago.