miércoles, 25 de mayo de 2011

Blablabla.

Hola.
Aún recuerdo cuando te ví por primera vez, tus ojos, qué bonitos son. Tu sonrisa, tu risa y tu voz. Tu acento bien chistoso.
Me contaste tu vida en tres horas, tres horas que pasamos perdidos, tres horas que quería que no acabaran; ni siquiera, a pesar de estar harta de estar dando vueltas como brutos, quería que encontraramos la manera de llegar al lugar.
No era mi plan y pasó, nos besamos.
Nos besamos y nos seguimos besando. Pasaron los minutos y lo seguimos haciendo.
Qué bonito lo haces, por cierto.
El día terminó. Otro día comenzó.

Pude disfrutar caminar a tu lado en las calles, en los vagones, en un starbucks, en un restaurante malísimo. Por cierto, ¿recuerdas a la mesera culera que nos atendió? ¿Recuerdas qué pediste? Ya ni sé sí las enfrijoladas las pediste tú o yo. Anyway, a veces se me olvida qué fue primero y qué fue después pero sí recuerdo que amanecí dos días estando abrazada a tí, espero que no te haya babeado.
Lo pienso y no lo creo, se me hace tan extraño y a la vez ridículo; fueron dos días únicamente y me enamoré de tí. ¿Qué estúpido, no?
Pero pasó.
Me fui y me diste tu sueter para que no tuviera frío en el camino a mi casa; pero sí tuve frío, no me estabas abrazando.

"Te dejé algo en mi sueter..."

Leí eso y estúpidamente busqué en el sueter, estúpidamente porque el sueter no tenía bolsas.

"... eran unos abrazos."

Dos semanas.
Pensé que lo harías, pensé que la dejarías. Qué feíto sentí ese día, ya sospechaba que eso pasaría pero aún así, quería que no pasara.

-No la dejaste, ¿verdad?
-Perdóname.

O algo así fue.

...Blablabla, han pasado siete meses, blablabla.

...Sigo sin olvidarte, blablabla...

...Sigues con ella, blablabla...

...Sigo pensandote, blablabla...

... Y sí, sigo estando enamorada, blablabla...

Ya.

Hoy te olvido.

Blablabla.

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